“Desescalada digital en la escuela y mejora de la enseñanza”
Comparecencia de Javier zarzuela Aragón[1]
(Programa Escuela Saludable de Ecologistas en Acción)
Comisión Especial de Estudio para la Protección de la Infancia y Adolescencia – Cortes de Aragón
24 de octubre de 2025 (Descarga en pdf)
La tecnología es fruto de la inteligencia humana, pero, básicamente, no está ideada para fomentar la inteligencia, sino para alcanzar objetivos o facilitar procesos que entrañan dificultad o que están fuera del alcance de nuestras capacidades. En las personas adultas, que ya tenemos una base cognitiva consolidada, la tecnología nos evita los procesos y nos facilita el producto.
Esta característica fundamental de la tecnología como sustitutivo de tareas, cálculos, planificaciones, tiempo de aprendizaje, etc. etc., y que es bienvenida en la etapa adulta, la convierte en una inadecuada herramienta didáctica en el caso de la enseñanza básica. ¿Por qué?
En la enseñanza básica (Infantil, Primaria y Secundaria obligatoria), los requerimientos no responden a lo que nos ofrece básicamente la tecnología: no interesa que los dispositivos, los algoritmos o la Inteligencia Artificial sustituyan lo que puede y debe hacer el niño/a o adolescente por sí mismo; lo que interesa no es la presentación de un producto final o facilitar a los alumnos los caminos, pues lo que construye el pensamiento es precisamente recorrer esos caminos, con atención, concentración, voluntad, paciencia y acompañamiento, caminos de construcción cognitiva, física y emocional para los que no hay atajos.
Como docente, no priorizo que mis alumnos aprendan a utilizar un programa de geolocalización, sino que desarrollen sus capacidades físicas y aprendan a orientarse en el plano y en el espacio. No priorizo que un programa les facilite exponer fotografías de corta-pega, sino que sepan comunicar información ordenadamente y con propiedad delante de sus compañeros/as. No priorizo los atajos, sino los caminos, aunque también les haga saber que existen esos atajos.
Por otro lado, las pantallas, en mayor o menor medida, merman la concentración y la capacidad para sostenerla, factores imprescindibles en cualquier proceso de aprendizaje. No podemos aprender si no nos concentramos. Las pantallas generan una tendencia a dispersarse, a obviar información, a pasar a la siguiente imagen, a buscar la interacción fácil, a buscar los estímulos visuales o sonoros, a no pararse demasiado en reflexiones o razonamientos… Si nos ocurre a los adultos, qué se puede esperar en mentes que están en plena formación.
Desde los años 90 en que comienzan a ser evaluados, se manifiesta, invariablemente, que el uso de dispositivos digitales perjudica los aprendizajes básicos. Son relevantes, en este sentido, los datos recogidos en los informes PISA[2] desde 2006, que muestran insistentemente una correlación entre el deterioro del rendimiento en las principales asignaturas y la frecuencia en el uso de tecnologías digitales en el aula, ya se trate de Colombia, Estonia, Corea, Chile o España.
Por otro lado, dictámenes internacionales, apoyados en una solvente base científica, instan a los gobiernos a reconsiderar el papel de la tecnología en las aulas, a limitar su uso y a apostar por el aprendizaje vivencial. Son ejemplos de ello el Instituto Karolinska (Suecia)[3], el Instituto de Salud Pública de Quebec[4], la Comisión de expertos[5] del gobierno francés o el Comité de personas expertas del gobierno español[6]. Entidades médicas, pediátricas, psiquiátricas, de protección de datos o protección radiológica alertan, igualmente, de riesgos o efectos negativos: fatiga visual, problemas posturales o exposición a radiofrecuencias[7] en las aulas al usar dispositivos conectados de forma inalámbrica.
No es necesario someter a los niños y adolescentes a una enseñanza a través de pantallas, bajo el argumento (ingenuo o interesado) de que ello “les prepara para el futuro”. El entorno digital futuro no se parecerá, previsiblemente, al actual y los jóvenes o adultos jóvenes, bien formados en las capacidades básicas, aprenderán en su momento lo que precisen para su desenvolvimiento laboral, académico o social.
Tampoco se puede insistir en educar en un uso “crítico y responsable” de las tecnologías por parte de los menores, porque no tienen aún la capacidad psicoevolutiva necesaria para discernir cuándo favorecen su aprendizaje, cuándo el uso es excesivo o cuándo su contenido es o no conveniente.
La verdadera y eficaz personalización del aprendizaje, mitificada por la industria tecnológica, no consiste en sustituir al docente por un programa “enlatado”, implica procesos complejos de adaptación didáctica, disposición atenta, empática y presencial por parte del profesorado y confianza en la propia evolución del alumno, procesos que no pueden ni deben estar dirigidos por un algoritmo, incluida la Inteligencia Artificial.
¿Es sostenible la tecnología digital escolar? Su implantación provoca un inasumible impacto ambiental: sustituir libros de texto o material impreso por tablets, por ejemplo, multiplica por 80 las emisiones de CO2 y por 11 la huella hídrica, genera residuos contaminantes y no reciclables, y participa negativamente en los graves impactos sociales ligados a la extracción y fabricación en países del Sur Global. Y la conectividad y el tráfico de datos hacen que se doblen estas cifras.
Se suele afirmar que las pantallas son necesarias en las aulas para promover la competencia digital.
Una competencia digital que se ha asociado, innecesariamente, a convertir al alumnado de la enseñanza básica en usuario de programas y plataformas, y en hacer depender su trabajo escolar del uso de dispositivos electrónicos.
El nuevo enfoque de la competencia digital que proponemos, más saludable, formativo y sostenible, consiste en:
- Capacitar a los menores en los aprendizajes básicos necesarios para un desenvolvimiento futuro en el entorno digital: comprensión y expresión oral y lectora, reflexión, lógica, razonamiento, creatividad, destrezas físicas, escritura y composición, experiencia plástica y artística con elementos reales, construcción social y emocional…
- Mostrar y educar sobre los beneficios, los potenciales, las limitaciones, los riesgos y los efectos negativos de las tecnologías. Especialmente en la etapa Secundaria y en el entorno de la asignatura de Tecnología, el alumnado debe experimentar y acercarse más a estas realidades, pero ello no requiere ni debe suponer una enseñanza basada en pantallas.
Los gobiernos (central o autonómicos) deben reformular el enfoque de la competencia digital, limitar los tiempos de uso de pantallas con un criterio de protección de los aprendizajes básicos, abstenerse de dotaciones que no han sido reclamadas por los equipos docentes, calcular y dar a conocer el impacto ambiental de las eventuales iniciativas digitales, promover la conexión por cable[8] y reforzar la formación docente sobre los riesgos y efectos no deseados de usos no fundamentados pedagógicamernte.
¿Es necesario que las administraciones limiten el tiempo de pantalla en los centros educativos?
Claramente sí. La regulación del tiempo de pantalla es una medida de choque orientada en la dirección correcta porque:
- Posibilita recuperar tiempo escolar para actividades vivenciales y aprendizajes en los que se potencien las habilidades y procesos cognitivos complejos. No es cierto que “haya tiempo para todo” en la jornada escolar. Más bien hay un dramático déficit de tiempo y oportunidades para desarrollar adecuadamente los currículums.
- Permite reducir y reorientar el gasto de las administraciones hacia dotaciones con un alto valor educativo: emisoras de radio escolares, aulas de danza, música o teatro, renaturalización de patios, laboratorios, bibliotecas, materiales de mayor calidad en las aulas, material deportivo…
- Reduce drásticamente el impacto ambiental inherente a las dotaciones escolares.
Por ello, proponemos:
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Desestimar el uso de pantallas en la Educación Infantil,
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Desestimar el uso de dispositivos individuales en la etapa Primaria y utilizar los dispositivos colectivos del centro de modo excepcional para ilustrar, mostrar, complementar o ejemplificar sobre los contenidos curriculares, con una limitación orientativa semanal de 1 hora.
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Específicamente, utilizar los dispositivos del centro en el último curso de Primaria (6º) para desarrollar los objetivos marcados prescriptivamente por la ley de educación actual para el Perfil de Salida del alumnado relacionados con aspectos digitales.
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Concentrar el estudio del entorno digital en la asignatura de Tecnología, en Secundaria obligatoria, y utilizar los dispositivos del centro para que los alumnos/as trabajen la competencia digital. Puntualmente, utilizar estos medios digitales en las demás asignaturas cuando los contenidos digitales sirvan de complemento y no sustituyan a los materiales impresos y a los medios didácticos vivenciales, presenciales o experimentales.
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Ajustar el uso escolar de tecnologías digitales en Secundaria a un uso estimado de, como máximo, 1 hora diaria en los primeros cursos hasta llegar a un máximo de 2 horas en 4º de E.S.O.
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Potenciar la formación docente en el conocimiento de los recursos ofrecidos por las tecnologías digitales para su enriquecimiento profesional y en la prevención de los efectos no deseados de las tecnologías.
Persiguiendo ese objetivo, el programa Escuela Saludable de Ecologistas en Acción pone a disposición de todos los centros docentes españoles la Estrategia Digital AZUL[9] y el Plan Digital de Centro AZUL[10]. Se trata de documentos editables, adaptables por cada centro, y que recogen un nuevo enfoque de la competencia digital, reformulando el papel de las tecnologías en colegios e institutos en las líneas expuestas en esta intervención.
Nos ponemos a su disposición en esta valiosa y compleja labor que tienen Uds. por delante.
Muchísimas gracias.
info@escuelasaludable.org
[1] JAVIER ZARZUELA ARAGÓN. Docente de la escuela pública retirado. Involucrado en la dirección escolar y el desarrollo de planes digitales escolares. Autor del libro “STOP TIC Infancia. Por qué desdigitalizar la Escuela” (Ed. Círculo Rojo). Participante como miembro del Comité de personas expertas del ministerio de Infancia y Adolescencia sobre digitalización e Infancia (2024). Divulgador de la campaña “Escuela Saludable” de Ecologistas en Acción y miembro de las plataformas Manifiesto OFF, Control Z y Adolescencia Libre de Móviles de la Comunidad de Madrid.
[2]https://escuelasaludable.org/wp-content/uploads/2025/07/Conclusiones.PISA_.resumen.pdf
[3]https://escuelasaludable.org/wp-content/uploads/2021/08/Dictamen.Instituto.Karolinska.2023..pdf
[4] Traducción parcial al castellano: https://escuelasaludable.org/?p=4983
[5]https://www.elysee.fr/admin/upload/default/0001/16fbec6abe9d9cc1bff3043d87b9f7951e62779b09.pdf
[6] https://www.juventudeinfancia.gob.es/sites/default/files/infancia/comite_expertos/Informe-comite-personas-expertas-desarrollo-entorno-digital-seguro-juventud-infancia.pdf
[7] https://escuelasaludable.org/wp-content/uploads/2021/11/SEPR-10-estrategias-simples-para-minimizar-su-exposicion-a-las-emisiones-electromagneticas-del-telefono-movil.20222.pdf
[8] https://escuelasaludable.org/?p=399
[9] https://escuelasaludable.org/wp-content/uploads/2023/10/ESTRATEGIA-DIGITAL-AZUL.doc
[10] https://escuelasaludable.org/wp-content/uploads/2023/10/PLAN-DIGITAL-DE-CENTRO-AZUL.pdf





















