- La escuela como un entorno de educación y estancia saludable
- La escuela como educadora socioambiental y para la salud en el ámbito digital
¿Desde dónde hablamos?: desde la educación ambiental y para la salud
El concepto de salud, en constante evolución, contó con una primera definición de la OMS en su carta fundacional (1946) como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Milton Terris, aportó el binomio salud-enfermedad como un continuo dinámico entre extremos con diferentes grados de salud positiva y negativa. Estos grados fluctúan a lo largo de la vida; en los grados negativos hablaríamos de pérdida de salud y en su extremo incluso de muerte prematura.
Desde una óptica ecológica, René Dubos introduce el concepto de salud, como “adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejores condiciones en dicho medio”, mostrando el binomio “salud y enfermedad como expresiones del éxito o fracaso experimentados por el organismo en sus esfuerzos por adaptarse a los cambios del ambiente“.
En 1974, Marc Lalonde, ministro de sanidad canadiense, nos mostró los determinantes de la salud identificados y la gran disparidad en la relación entre sus efectos relativos sobre la salud pública y el gasto público concedido: Medio Ambiente -incluyendo el ambiente natural y el entorno social- (19% versus 1.5% del gasto), estilos y hábitos de vida (43% versus 1.2% del gasto), sistema sanitario (11% versus 90.6% del gasto) y biología humana (27% versus 6.9% del gasto).
Desde Ecologistas en Acción entendemos la escuela como agente clave de promoción y protección de la salud y de la sostenibilidad, atendiendo a los problemas de salud y socio-ambientales del contexto de emergencia planetaria e hiperdigitalización en el que vivimos, incluidos los ejes de esta campaña: la contaminación electromagnética (especialmente presente en la tecnología inalámbrica), y la propia contaminación digital con su problemática ambiental y social implicada.
¿Qué escuela queremos?
1.- La escuela como un entorno de educación y estancia saludable
A/ Con entornos educativos libres de contaminación electromagnética
Atendiendo a los consejos de la Resolución 1815 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), “Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y sus efectos sobre el medio ambiente”, y a la amplia bibliografía científica en la que se sustenta, consejos apoyados y desarrollados por numerosos llamamientos científicos y de asociaciones/paneles científicos y profesionales. Dichos consejos fueron recogidos parcialmente por numerosos ministerios e instituciones gubernamentales, y aplicados en distintos estados.
- Libres de Bajas frecuencias: Sin líneas de alta o media tensión ni transformadores o subestaciones eléctricas, en el interior o zonas adyacentes de los centros educativos, para garantizar exposiciones máximas de 0.1 microtesla (μT), atendiendo a las conclusiones de paneles científicos como el BioInitiative y el de Seletun. Diferentes países (Suiza, desde 1999, Francia en 2013, …) ya contemplaron ordenanzas o instrucciones ministeriales con límites muy inferiores a los internacionales de referencia basados en el ICNIRP (cuestionado por conflicto de interés). Los armarios para equipos informáticos no deben funcionar en presencia del alumnado, como contempla la Federación Rusa, desde 2020.
- Libres de Radiofrecuencias: Ámbito y entorno educativo libres de dispositivos inalámbricos. Conexión a internet por cable (sin Wifi). Evitar la instalación de antenas de telefonía móvil en el entorno escolar (contemplado en leyes y reglamentos como el de Grecia en 2012 o en la Normas de higiene y requisitos del entorno educativo digital de la Federación Rusa de 2020). Medición y control de la exposición (inmisión) a radiofrecuencias en los centros escolares para garantizar, al menos, el límite de inmisión de 0,2 voltios/metro (V/m) en interiores, equivalente a 0.01 microvatio/centímetro cuadrado (μW/cm2), recomendado en la Resolución 1815 de la APCE.
Mientras no sea posible la conexión por cable, los puntos de acceso Wi-Fi se alejarán de los espacios y lugares de permanencia (como aconseja la Oficina Federal alemana de Protección contra la Radiación), garantizando una distancia de al menos 5 m desde el punto WiFi hasta el lugar de trabajo más cercano (como recomiendan las Normas de higiene y requisitos del entorno educativo digital de la Federación Rusa, aprobadas en 2020 por el Ministerio de Salud, la Academia de Ciencias y el Comité Ruso para la Protección contra las Radiaciones No Ionizantes). En todo caso, las normas rusas, inciden en no usar el Wi-Fi en edad preescolar ni en enseñanza primaria (como se reconoce por ley en Francia, Chipre y la Polinesia francesa en edad preescolar y restringiendo su uso en primaria).
B/ Que en la escuela se atiendan las alertas profesionales e institucionales sobre la digitalización del sistema educativo
- El tiempo de exposición e inicio del uso de pantallas se asocia significativamente a un retraso en el desarrollo cognitivo, del lenguaje y de las habilidades motoras, así como a las alteraciones a nivel socioemocional, académico -peor rendimiento, déficit de atención- y físico (obesidad y hábitos sedentarios -mayor riesgo cardiovascular, diabetes…-, problemas oculares y osteomusculares, alteraciones del sueño, …). Diversos estudios enfatizan en la asociación significativa negativa entre el tiempo de pantalla y el bienestar psicológico en niños y adolescentes (problemas de conducta –conductas adictivas-, inestabilidad emocional, ansiedad, depresión, hiperactividad…). La OMS incluyó la adicción a los videojuegos como enfermedad mental en 2018 y la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024 estipula estrategias de intervención ante la “presencia importante de conductas adictivas en edades tempranas, relacionadas con el uso de las nuevas TIC”, como presenta el Informe sobre Adicciones comportamentales de 2020 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones.
- Según M. Desmurguet (2019), neurocientífico francés y director de investigación del INSERM (Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia), la mayor parte de los estudios solventes publicados sobre los objetivos pedagógicos cumplidos con la digitalización de la enseñanza, muestran su “ineficacia —en el mejor de los casos— o el daño pedagógico —en el peor de ellos—”. Desde la Psicología de la educación, autores como P.A.. Kirschner y P. De Bruyckere (2017) muestran la falsa concepción y el mito del “nativo digital” y la “persona multitarea”, cuestionando el modelo educativo digital en el que se basa, donde todo está diseñado para ser utilizado para, por y en relación con la tecnología.
- El Instituto Karolinska de Suecia, uno de los principales centros educativos universitarios del mundo en el campo de la medicina (referencia, entre otros, en el campo de la neurociencia), en su dictamen de 2023 contrasta los conocimientos científicos actuales con los objetivos planteados en el proyecto educativo digitalizador sueco para el periodo 2023-2027:
- Considera dicho enfoque digitalizador, en base a pruebas científicas claras, como «una grave amenaza para la adquisición de conocimientos por parte del alumnado» (concentración y memoria de trabajo, comprensión lectora, calidad de aprendizaje, conocimientos más superficiales y acríticos),
- No atiende al conocimiento actual en la primera infancia (la interacción humana es esencial para el aprendizaje -grandes dificultades para comprender lo que ven en una pantalla, aprenden la mitad con todos los medios 2D y lo recuerdan la mitad de tiempo en comparación con la interacción con personas vivas-, la relación del uso precoz de las pantallas con un peor desarrollo del lenguaje, …), ni a los llamamientos de la OMS y asociaciones pediátricas para atrasar la edad de inicio y adaptar el tiempo de exposición según su edad.
- No atiende a la correlación positiva conocida entre el tiempo frente a la pantalla y diversos aspectos de la mala salud mental (depresión, ansiedad, problemas de concentración, baja autoestima, problemas de trastornos alimentarios, problemas de sueño, …) y física (obesidad, miopía, peores habilidades motoras, …)
- No atiende a la capacidad cognitivas de niñas y niños con necesidades especiales ni al uso indebido de pantallas en centros preescolares para calmarles.
- No atiende a la investigación que muestra una mayor afectación negativa identificada en los niveles sociales más bajos.
– Por una regulación del tiempo y forma de uso de pantallas
Solicitamos atender a las etapas de desarrollo y primando la interrelación no digital en el aula entre profesorado y alumnado y entre el alumnado entre sí: juego, actividades plásticas y psicomotrices, actividades creativas, actividad física, lectura de libros, actividades grupales cooperativas…
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Diferentes asociaciones y sociedades de Pediatría (de España, EEUU, Canadá, Italia, Francia, Suecia …), y la propia OMS, aconsejan regulaciones por edad, como abstenerse del uso de pantallas en menores de 2 año, limitarlo a menos de 1 hora al día entre 2 y 5 años, y a menos de 2 horas al día entre 5 y 8 años, límite que el Programa Nacional de Nutrición y Salud de Francia (2017) contempla hasta los 17 años, en la línea de “cuanto menos -y más tarde- mejor”. Según el profesor Gilles Renard, (Director técnico de la Société française d’ophtalmologie): no aconseja uso de pantallas antes de 6 años y «… no debería permitirse más de una hora de exposición al día para un niño [a partir] de 6 años, y dos horas a un niño [a partir] de 12 años. Para los adultos jóvenes de 20 años, un máximo de tres horas …» (2019). Otras y otros expertos, como M. Desmurguet (2019), demandan en menores no iniciar su uso antes de los 6 años, y, después, no más de media hora a una hora al día. Instituciones, como el Comité para la Protección de Radiaciones No Ionizantes (RNCNIRP) de la Federación Rusa, desaconseja el uso del móvil en menores de 18 años.
“Entre los 0 y 6 años de edad la tecnología, generalmente, no brinda ninguna ventaja adicional al desarrollo de niños y niñas. Por el contrario, su uso compite con experiencias que son útiles y enriquecedoras para el crecimiento. Es el contexto real el que tiene que entretener, calmar y estimular a niños y niñas a esta edad, no la tecnología” (UNICEF, 2021).
«Yo creo que sería un disparate afirmar que adelantar el uso de las nuevas tecnologías, adelantar la edad de uso, fomenta el uso responsable de las nuevas tecnologías. ¿Por qué? Pues es como decirle a un niño pequeño que se tome un vasito de agua de una boca de incendio y, además, sin que le salpique. Yo creo que la mejor preparación para el mundo online es el mundo offline, el mundo real». Catherine L’Ecuyer. investigadora educativa (2018)
Las pedagogías activas rechazan totalmente el uso de la tecnología digital en edades preescolares y no prevén la introducción de algún dispositivo en el proceso de aprendizaje hasta bien avanzada la Primaria (Método Montessori) o la Secundaria (Método Waldorf, método elegido para sus hijas e hijos por conocidos representantes de las tecnologías digitales, como ocurre en Silicon Valley).
- La Pedagogía verde, también incide en que la tecnología altera la base de la relación educativa: la interacción entre personas. Por su parte, los proyectos de enseñanza decrecentistas apuestan por un proceso de destecnologización de la sociedad (incluido el contexto educativo).
Javier Zarzuela Aragón, en su libro «Stop TIC Infancia. Porqué desdigitalizar la escuela» (2022) considera demostrado el efecto negativo de las TIC sobre el aprendizaje, su insostenible huella ambiental y el derroche de recursos económicos, materiales y personales. Reclama la desdigitalización de la escuela y la apuesta por contenidos y competencias vivenciales, necesarios y urgentes en la infancia.
«Un mal gesto muscular repetido innumerables veces puede llegar a producir una lesión, así como un mal entrenamiento del cerebro podrá ocasionar un deterioro o incapacidad para aprender». La hiperdigitalización perjudica el aprendizaje (Azul Asenjo Pérez, psicóloga, e Ignacio Asenjo, director del IES Gregorio Marañón. 2023)
- En el caso de usar dispositivos: solicitamos atender a criterios ergonómicos individualizados de adaptación al puesto de trabajo (mobiliario, educación postural), lumínicos (evitar reflejos en la pantalla), y adecuados a la edad y al contexto. Programar ejercicios de desconexión digital: de prevención del estrés, de la fatiga visual, de los problemas osteomusculares…
Recomendaciones ergonómicas tan básicas (incluido un material informático adaptado), como las presentadas por “PantallasAmigas”, no son atendidas en la actualidad en el ámbito educativo. Según personas expertas en Prevención de Riesgos Laborales, la gran inversión en equipamiento informático en centros que usan las TIC no ha incluido criterios ni material ergonómico, a pesar del gran aumento potencial de “trastornos físicos, como visuales y mentales en el futuro” que lleva asociado (Manual de Prevención Docente. Riesgos laborales en el sector de la enseñanza. J. Pérez Soriano)
Las normas rusas (2020) protocolizan criterios ergonómicos, excluyen el uso de teléfonos inteligentes con fines educativos (lectura, búsqueda de información…) en menores de 18 años, tanto en el aula como en el domicilio, e incluyen ejercicios específicos en las clases que requieran actividad digital (para prevenir la fatiga ocular, para aumentar la actividad del sistema nervioso central, para aliviar la tensión muscular -cuello, tronco, miembros y cintura escapular-). Protocolizan el uso de dispositivos electrónicos con pantallas, en horario extraescolar: proporción de «1 a 3» entre 6-8 años; de “1 a 2” entre 9-15 años y de “1 a 1” en mayores de 15 años (Ejemplo de “1 a 1”: por cada 30 minutos de trabajo 30 minutos de descanso).
2.- La escuela como educadora socio-ambiental y para la salud en el ámbito digital.
– Apostamos por la elaboración y puesta en marcha de campañas educativas e informativas sobre los riesgos potenciales del uso precoz, indiscriminado y prolongado de los dispositivos inalámbricos, siguiendo los criterios de la Resolución 1815 de la APCE:
- Para aprender prácticas y hábitos del uso tecnológico que eliminen/reduzcan la exposición a la radiación electromagnética y sus riesgos asociados (en el entorno educativo y familiar), e incorporarlos en los hábitos de vida en general. Recomendaciones ya desarrolladas por Instituciones públicas, paneles científicos, asociaciones médicas, sociedades de protección radiológica, etc.
- Implicando a los ministerios y consejerías involucrados (educación, medio ambiente y sanidad), así como a los Consejos escolares y sus agentes implicados (profesorado, alumnado y madres y padres).
«Existen numerosos ejemplos en el pasado que, por no utilizar el principio de precaución, condujeron a serios perjuicios, y a menudo irreversibles, sobre la salud y sobre el medio ambiente. Adoptar ahora medidas apropiadas y proporcionadas para evitar las amenazas verosímiles y potencialmente graves para la salud derivadas de los campos electromagnéticos se consideraría posiblemente como prudente y sabio desde perspectivas futuras. Debemos recordar que la precaución es uno de los principios de la política medioambiental de la Unión Europea», señala la profesora Jacqueline McGlade, ex-directora ejecutiva de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA, 2007)
– Apostamos porque dichas campañas incluyan como eliminar y/o minimizar los impactos socio-ambientales implicados en los usos digitales, …
… alertados por instituciones como el Alto Consejo francés por el Clima o la Convención Ciudadana francesa por el Clima, think tanks como el “France Stratégie”, del Gabinete del Primer Ministro francés, o The Shift Project, así como distintos llamamientos científicos y académicos (como el Instituto Rousseau). En base a dichas alertas, países como Francia ya están tramitando una Ley para reducir “la huella ambiental digital”, que incluye en su Código de Educación “la sensibilización sobre el impacto medioambiental de las herramientas digitales, así como un componente relacionado con la sobriedad digital.
- Para fomentar un uso autorregulado de la tecnología digital que sea sobrio y sostenible, biocompatible, decrecentista, anticonsumista, ético y crítico.
La actual 4ª revolución industrial, con su binomio publicitario de “verde y digital”, se nos presenta, a modo de espejismo, como inocua, inmaterial y sostenible. Se propone contrarrestar estos falsos valores, incluso contravalores, en los que se sustenta: hiperconsumismo, dependencia tecnológica y crecimiento infinito que, apoyado en una constante obsolescencia tecnológica, buscan presentar como asumibles niveles insostenibles de gasto energético, de emisiones de CO2, de chatarra contaminante terrestre y espacial, así como niveles inasumibles, y hasta ahora inimaginables, de dependencia tecnológica (conductas adictivas) y de control social (ver vídeos de M. Peirano y de C.Cobol).
- Dentro de las pedagogías activas, los proyectos de enseñanza decrecentistas nos enseñan la necesidad de participar en un proceso de destecnologización de la sociedad en un contexto de educación liberadora, que valora, entre otras, el ecologismo (ante la sobreexplotación de recursos), los saberes tradicionales comunitarios (ante la mitificación tecnológica), el pensamiento crítico y la dialéctica (ante el acriticismo y la pasividad) la comunicación y la participación horizontales y comunitarias (ante el individualismo y la competitividad), el ocio convivencial y ligado a la naturaleza (ante el hiperconsumismo y la obsolescencia tecnológica), el equilibrio dinámico y el “menos es más” (ante el crecimiento ilimitado y el productivismo).
- Desde Teachers for future, proponen implantar un «Currículo para una educación ecosocial frente a la emergencia climática» que incluya de modo transversal el punto de vista ecosocial, incluyendo desarrollar hábitos de vida en consonancia con la sostenibilidad: hábitos de consumo y actitudes sociales que fomenten otros estilos de vida y desarrollo compatible con la vida humana y de todas las especies, asumiendo los recursos naturales como limitados.
- El grupo investigador “The Shift Project”, nos enseña:
- Estrategias de sobriedad digital, para “recuperar nuestras habilidades individuales y colectivas … tanto de compra como de consumo de objetos y servicios digitales … para garantizar que la transición digital en curso conduzca a una sociedad ambiental y socialmente sostenible”. (“Lean ICT: towards digital sobriety”, 2019).
- A identificar el consumo de electricidad y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociados con la navegación por Internet (carboanaliser).
- En Francia, por un lado, la Agencia de Transición Ecológica (ADEME), ya editó en 2019 una guía sobre la cara oculta de lo digital con pautas para reducir los impactos digitales en el medioambiente. Por otro lado, el proyecto de Ley francés para reducir “la huella ambiental digital”, aprobado en junio de 2021 por unanimidad en su Asamblea Nacional, incluye, en su Código de Educación, “la sensibilización sobre el impacto medioambiental de las herramientas digitales, así como un componente relacionado con la sobriedad digital”.
“La desmaterialización de la economía juega un papel esencial en el imaginario económico dominante, pero implica un alto consumo de materiales, energía, así como la generación de residuos”. (M. Casal Lodeiro, 2019)
«Confiar en la potencialidad inmensa de la tecnología para resolver los problemas ambientales causados por el crecimiento de la potencia tecnológica significa acreditar que un problema puede resolverse fortaleciendo su causa». (M. Pallante, 2007)
“Señores feudales digitales como Facebook nos dan tierras y nos dicen: siémbrala, y podrás usarla gratuitamente. Y sembramos esta tierra como locos. Al final, los señores feudales vienen y toman la cosecha. Esto es una explotación de la comunicación. Nos comunicamos entre nosotros, y nos sentimos libres. Los señores feudales ganan dinero con esta comunicación, mientras los servicios secretos la vigilan. Este sistema es extremadamente eficiente. No hay ninguna protesta contra eso, porque vivimos en un sistema que explota la libertad”. (Byung-Chul Han, 2014)
“Los datos emitidos por los usuarios de la tecnología y los dispositivos digitales derivan en un gran poder de vigilancia y control social aparentemente invisible que alimenta algoritmos y sistemas de futuro… La vigilancia es una herramienta para la predicción social, económica, política, democrática… y la predicción es una herramienta para la manipulación, que está en manos de grandes corporaciones con objetivos privadosª (M.Peirano, 2019).
♦ Ver artículo en el número 110 de la Revista Ecologista