La radiación inalámbrica es una nueva forma de contaminación ambiental. Los niveles de radiación aumentan rápidamente sin control debido al despliegue de nuevas torres de telefonía móvil en ciudades, pueblos e incluso parques nacionales.
Cientos de científicos instan a la protección, citando pruebas de daños a la vida silvestre. Una revisión científica de más de 1.200 estudios revela impactos generalizados que ponen de relieve la urgente necesidad de una política medioambiental fuerte.
Environmental Healt Trust (EHT) demandó al gobierno federal estadounidense por el tema de la radiación inalámbrica y ganó el caso: en 2021, el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos, Circuito del Distrito de Columbia, ordenó a los Comisión Federal de Comunicaciones de EEUU (FCC) abordar los temas ignorados, entre ellos los hallazgos científicos de numerosos efectos medioambientales.
♦ EHT es un think tank científico dedicado a fomentar un medio ambiente más saludable a través de un enfoque multidimensional que abarca la investigación, la educación y la promoción de cambios normativos
Este vídeo forma de la campaña de EHT https://www.wildlifeandwireless.org
Ver PETICIÓN AL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE: ABORDAR LA EXPOSICIÓN DE LA FAUNA SILVESTRE A LA TECNOLOGÍA INALÁMBRICA Y LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS (CEM)
Estimado director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y miembros de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente:
Escribimos para solicitar que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente aborde la radiación inalámbrica de radiofrecuencia (RF) y otros tipos de campos electromagnéticos no ionizantes (CEM) considerados como una nueva forma de contaminación ambiental. Los niveles ambientales de CEM están aumentando rápidamente debido a la proliferación de redes inalámbricas y nuevas tecnologías de comunicación en el mundo moderno.
La flora y fauna, así como el entorno natural, están en peligro. Cada vez más estudios científicos indican que la exposición a los CEM es perjudicial, incluso a niveles legalmente permitidos.
En 2021, una revisión en tres partes de más de 1.200 estudios sobre los efectos de los CEM no ionizantes en la flora y la fauna (1, 2, 3) reveló efectos en la reproducción, la salud inmunitaria, la anidación y la supervivencia.
Una revisión sistemática y metaanálisis de 2023 de los estudios sobre los efectos biológicos de la radiación inalámbrica y otros CEM en los insectos encontró que la gran mayoría de los estudios hallaron impactos perjudiciales con efectos que ocurren a niveles de exposición legalmente permitidos. Entre los efectos se incluyen la reducción de la capacidad reproductiva, la alteración del comportamiento, el estrés oxidativo, los daños en el ADN, los efectos en el desarrollo y el deterioro de la memoria.
Los polinizadores son especialmente vulnerables. Los estudios más avanzados de modelización de la exposición de los insectos han descubierto que las frecuencias más altas utilizadas en las redes 5G y futuras se absorben con mayor intensidad en los cuerpos más pequeños de los insectos.
La investigación en plantas ha descubierto cambios bioquímicos e impactos en el crecimiento por la exposición. Los estudios sobre árboles han detectado daños en las copas por la exposición a altos niveles de radiación de torres de telefonía móvil/estaciones base.
Cientos de científicos advierten de que el rápido aumento de los niveles de radiación inalámbrica y CEM en el medio ambiente plantea graves riesgos para animales y plantas.
Sin embargo, los gobiernos carecen de normativas para proteger la flora y la fauna. Los límites de exposición de la FCC [Comisión Federal de Comunicaciones de EEUU] y la ICNIRP están centrados en el ser humano y no tienen en cuenta a los animales ni a las plantas.
Investigadoras e investigadores afirman que es necesario establecer normas de exposición crónica a CEM de bajo nivel a largo plazo para la fauna y rediseñar los dispositivos inalámbricos y las infraestructuras para reducir el aumento de los niveles ambientales.
«Existen pruebas suficientes que indican que el aumento de los niveles ambientales de los campos electromagnéticos (CEM) antropogénicos no ionizantes de 0 Hz a 300 GHz puede estar dañando a las especies no humanas a nivel de ecosistema y biosfera en todos los taxones».
«Deben establecerse en consecuencia, para la fauna y flora, directrices de exposición crónica a largo plazo a los CEM de bajo nivel, actualmente inexistentes; deben desarrollarse técnicas de mitigación cuando sea posible; se deben realizar revisiones ambientales completas antes de la concesión de licencias/construcción de nuevas tecnologías importantes como 5G; y deben aplicarse estrictamente las leyes/reglamentos ambientales…»
Investigadoras e investigadores también reclaman el desarrollo de un programa mundial de investigación junto con la aplicación de medidas de protección para mitigar el riesgo, especialmente en zonas ecológicamente sensibles. Se necesita una hoja de ruta estratégica para abordar este desafío medioambiental crítico.
Solicitamos que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente incluya en su agenda la cuestión de los campos electromagnéticos inalámbricos y no ionizantes.
- Desarrollar un plan de acción para garantizar la protección adecuada de la fauna y flora y de su hábitat.
- Promover políticas para mitigar la creciente exposición, especialmente en zonas ecológicamente sensibles.
- Reforzar la capacidad de las naciones para dar prioridad a los desarrollos tecnológicos que salvaguarden la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.
Ver referencias científicas en: https://www.wildlifeandwireless.org/list-of-scientific-studies
Descarga la versión multilingüe de la petición y firmar la petición.