La campaña Escuela Saludable presenta a familias y docentes su guía sobre usos digitales para atender a riesgos potenciales conocidos de dispositivos inalámbricos y pantallas en general. Una campaña con enfoque ecosocial.
María del Mar Rosa, Javier Zarzuela Aragón, Menchu Outón Argibay, Julio Carmona Barros. Área de Digitalización y Contaminación electromagnética de Ecologistas en Acción. Artículo publicado en la Revista Ecologista nº 119.
El Programa Escuela 2.0 consolidó en 2009 un proceso digitalizador, ya señalado en su inicio como una colosal inversión ajena a “planteamientos pedagógicos o educativos” que resta energías y medios al profesorado, tiene una alta huella ambiental y solo beneficia a la industria del sector. Durante este proceso, desde Ecologistas en Acción nos hemos hecho eco y altavoz de las distintas alertas científicas tempranas por no atender a criterios ni evaluaciones previas en los ámbitos del aprendizaje, de la salud, ambiental y social, canalizada desde 2022 en la campaña Escuela saludable, Internet sólo por cable que gestiona el Área de digitalización y contaminación electromagnética.
La síntesis de los efectos negativos conocidos y riesgos potenciales de este fenómeno hiperdigitalizador está recogida en la Guía para madres, padres y docentes sobre los usos digitales, editada en 2023: “Crecer saludablemente en un mundo digital”. Guía en plena presentación y difusión en diferentes centros educativos del Estado.
Los ejes de la campaña escolar se basan en la mayor vulnerabilidad de la infancia y adolescencia a la tecnología inalámbrica y a las pantallas en general, así como al insostenible impacto ambiental, climático y de control de datos.
Desmontando mitos
¿A mayor digitalización escolar mayor progreso y calidad del aprendizaje?

En 2023-2024, Suecia, pionera europea del proceso de digitalización escolar, paraliza la incrementación digital prevista en las aulas y reintroduce los libros de texto en papel, tras contrastar los malos resultados de aprendizaje con el conocimiento científico actual mostrado por las organizaciones científicas y expertas suecas consultadas.
El Instituto Karolinska, referente internacional en neurociencia, presentó en 2023 al gobierno sueco “pruebas científicas claras” de que el proceso digitalizador escolar perjudica y aminora la concentración, memoria de trabajo, lectoescritura, desarrollo del lenguaje, calidad de los aprendizajes (más superficial y acrítico). Incide en cómo compite con la necesaria interacción humana y con el medio, juego, deporte y lectura de libros, así como que, “niñas y niños pequeños no deberían utilizar herramientas digitales” por su “peor desarrollo del lenguaje e inhibición de la interacción humana” y los efectos adictógenos (‘burbuja digital’). Alerta de que su introducción precoz a nivel escolar impide atrasar su uso en el hogar.
¿Estimula el desarrollo y la inteligencia?
Desde la neurociencia se nos alerta de cómo la introducción de los medios digitales en niñas y niños interfiere el proceso del desarrollo de la corteza prefrontal del cerebro. Sobrecarga adictógena al sistema de recompensa en cerebros en formación que desemboca en una disminución de la función ejecutiva: capacidad de mantener la atención, demorar recompensas, controlar impulsos, planificarse, etc.
El mito de la inocuidad de las radiofrecuencias y del uso de pantallas en menores
Diferentes sociedades científicas de protección radiológica, sociedades pediátricas, agencias gubernamentales, llamamientos científicos e instituciones europeas, alertan de que los límites normativos de exposición actuales a radiofrecuencias (dispositivos inalámbricos) no atienden a efectos nocivos potenciales, reflejados en la amplia bibliografía científica, ni a la mayor vulnerabilidad de niños y niñas. Apelan, como “la mayoría de expertos”, a aplicar medidas de precaución y cautela parcialmente aplicadas en algunos países (como la conexión por cable), especialmente en niñas y niños, ante el acceso/disponibilidad/exposición a dispositivos y redes inalámbricas (móvil, tableta, rúter wifi, …).
En el ámbito de la salud, también se reconoce la influencia negativa del tiempo de pantalla sobre aspectos de la salud mental (depresión, ansiedad, pensamientos e intenciones suicidas, problemas de concentración, conductas adictivas, baja autoestima, trastornos alimentarios, alteraciones de sueño, ciberacoso, …) y física (obesidad y problemas endocrinos y cardiovasculares, miopía, peores habilidades motoras, problemas musculoesqueléticos, …). El estudio global de Sapiens Labs de 2023 (casi 30.000 adultos jóvenes de los 5 continentes), constata la relación directa entre un empeoramiento del bienestar mental (ejemplo: pensamientos e intenciones suicidas) cuanto más precoz es la edad de inicio del uso del smartphone o tableta, tendencia más pronunciada en mujeres: casi un 30% más de problemas de salud mental en las iniciadas a los 6 años en vez de a los 18 (adicciones, desconexión de la realidad, pensamientos/intenciones suicidas, agresividad hacia los demás, alucinaciones). En promedio, las mujeres que adquirieron su primer smartphone antes de los 10 años las califican en el rango de “clínicamente angustiadas”.

Se constata un aumento alarmante de la “adicción comportamental” entre los más jóvenes (mayor vulnerabilidad: cerebro en proceso madurativo) ligada a la tecnología de una industria digital basada en tácticas adictógenas deliberadas, con macrojuicios abiertos por “daño en la salud mental infantil y juvenil”. Todo ello, en ausencia de medidas de prevención y protección en niñas, niños y adolescentes, consideradas en adicciones como el alcohol y el tabaco.
El mito del “uso responsable” y del “cuanto antes mejor”
El Colegio de psicólogos de Andalucía Oriental, recuerda en 2024 que, en su proceso de desarrollo cognitivo y emocional, las y los menores no pueden ser responsables “en el uso, tiempo, selección de contenido y limitación”; no pueden “abordar con pensamiento crítico determinados” contenidos, no tienen “capacidad de identificar ni prevenir” determinados peligros; no tienen “capacidad para detectar cuando algo es adictivo […] o no adecuado […] ni para prevenirlo”.
La experta Catherine L’Ecuyer considera un disparate afirmar que el adelanto en la edad de uso de una tecnología digital [altamente adictógena] fomenta el uso responsable de dicha tecnología: “Es como decirle a un niño pequeño que se tome un vasito de agua de una boca de incendio y, además, sin que le salpique. […]. La mejor preparación para el mundo online es el mundo offline, el mundo real”
El mito de la digitalización como proceso “verde”, “inmaterial” y “sostenible” El maestro El maestro Javier Zarzuela alerta de la digitalización escolar a “espaldas de los límites del planeta” que parte del mito de lo “verde y digital” (valores antagónicos), sin evaluar previamente las distintas vertientes de su huella ambiental: no contempla como “a mayor conectividad y circulación de datos, mayor impacto ambiental”, ni como la “fabricación de 500.000 dispositivos contemplados en el programa Educa Digital (2021) […], implican la emisión de 290.000 toneladas de CO2”, así como los recursos requeridos —energía, agua, minerales— , y los residuos.
Los inasumibles costes de la pérdida de privacidad y el control social
Marta Peirano, periodista y escritora considera que: “Los datos emitidos por los usuarios de la tecnología y los dispositivos digitales derivan en un gran poder de vigilancia y control social aparentemente invisible que alimenta algoritmos y sistemas de futuro… La vigilancia es una herramienta para la predicción social, económica, política, democrática… y la predicción es una herramienta para la manipulación, que está en manos de grandes corporaciones con objetivos privados”.
¿Regular para asegurar la hiperdigitalización precoz?
El incipiente Pacto de Estado para proteger a los menores de edad en Internet y las redes sociales, apoyado por el Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, incurre en una grave negligencia al basarse en el mito del ‘uso responsable’ en menores.
Convergencias y alianzas por la desgitalización desde una óptica ecosocial
Desde “Escuela saludable, internet solo por cable” confluimos en la ‘rebelión’ de familias (ejemplo: ‘Adolescencia libre de móviles’), docentes (ejemplo: Manifiesto ¡Alerta pantallas!) y personas expertas, para evitar la presión social de la introducción precoz y disruptiva del móvil en menores y cuestionando los procesos de hiperdigitalización de la enseñanza por no atender a la edad madurativa apropiada para usos digitales.
Además de atender a las etapas de mayor vulnerabilidad para extremar la protección a la exposición de radiofrecuencias y para postergar el uso de pantallas, apostamos por garantizar un uso biocompatible (por cable), respetar la privacidad y educar en la sobriedad digital (no consumista), sostenible, ética y crítica.
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