Intervención de Catherine L’Ecuyer en la mesa redonda, en la Jornada del Consejo Audiovisual de Andalucía «Las consecuencias de ser los primeros nativos digitales», 14 de mayo de 2024.
“Hay un pensador que se llama Aldous Huxley que decía: «una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante». Yo creo que esto es una buena definición de lo que es un mito y la industria tecnología tecnológica es una máquina para difundir mitos.
En 2015, en ‘educar en la realidad’ y después en un informe que hice para la UNESCO, explico una serie de mitos en relación con la tecnología y hoy pensaba […] explicar cuatro de esos […] TECNOMITOS”.
Ver síntesis de su alocución:
1.- El Tecnomito de que la tecnología motiva.
“La tecnología no motiva ¿de qué motivación estamos hablando? […] no es lo mismo atención sostenida, asombro, deseo de conocer, … conceptos muy profundos [y muy conocidos en el ámbito del proceso del aprendizaje y la pedagogia]; … que la fascinación pasiva ante estímulos frecuentes intermitentes en el que el locus de control es externo y en el que la persona está al remolque de lo que otro ha decidido por ella que son los algoritmos … puestos ahí por una industria. […]”.
Resalta la importancia de abrir este “melón”, después de 10 años, cómo se está haciendo este año con “el tema de las tabletas en las aulas”. Era algo que se podía saber, por lo que se pudo aplicar el “principio de precaución”. Cuando “introduces un dispositivo y lo pones en manos de unos niños lo que tienes que tener es evidencia … un peso de la prueba”. Alude a “dos pesos de la prueba que descansaban encima de los hombros de las tecnológicas», probar que “no iba a traer ningún daño” y que va a traer algún tipo de “beneficio educativo” y de “excelencia”. “Después de 10 años aún estamos esperando”. Lo califica como algo muy grave, “de un daño que se ha hecho y ahora quién va a responder de esto y con las manos manchadas”. Llama a solucionar rápidamente el problema, sin olvidar después pedir responsabilidades a gobiernos, colegios, …
2.- El Tecnomito de la brecha digital:
“Error enorme que ha circulado en todos los informes de las entidades internacionales durante 15 años y es esa idea de que, si damos un dispositivo y acceso internet a los colectivos desfavorecidos, no a las personas que forman parte de colectivos desfavorecidos, vamos a cerrar la brecha socioeconómica, vamos a mejorar la educación”
“Es un mito”, “no está respaldado por ninguna evidencia”. Destaca como ya en 2015 el informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Students, Computers and Learning: Making the Connection, PISA, OECD) dio cuenta de que “no estaba cerrando la brecha digital” dejando a todo el mundo “perplejo”: “los países que utilizan el ordenador por encima de la media de la OECD tenían peores resultados y … no tenía sentido utilizar la tecnología» por el contexto de la denominada «brecha digital», “los que utilizaban la tecnología” en matemática tenían peores resultados, con peores resultados en “los países que más habían digitalizado esos colegios”, … Destaca el escaso eco informativo de los medios de un informe de tal relevancia, tal y como señaló Larry Cuban (reconocido profesor emérito del departamento de Educación de la Universidad de Stanford): «Realmente … No se habló ni dio importancia [a ese informe] … pero no podemos decir que no sabíamos o no se podía saber. porque … sí que sabíamos. Todo ello mientras “que los gurús de las empresas tecnológicas”, que “están produciendo dispositivos para los colegios públicos, están mandando a sus hijos a colegios privados que no tienen tecnología”. Reflexiona porqué nos han hecho pensar que la libertad educativa para escoger un modelo analógico era una cosa de la derecha” cuando piensa que es un derecho fundamental sobre “decidir, pues, qué modelo educativo queremos para nuestros hijos”. Contrasta como los directivos de las empresas de Silicon Valle, además, tienen los recursos para potenciar las relaciones interpersonales de sus hijos e hijas, “contratos con las nanis que cuidan de sus hijos en los que salen que no pueden utilizar la tecnología delante de sus hijos”.
3.- El Tecnomito del nativo digital.
Comenta como intenta explicarlo desde 2014:
Aclara que, con el conocimiento actual, “por haber nacido y haber tenido más contacto con la tecnología no podemos aprender mejor a través de ella, todo lo contrario”. Refiere a estudios como el informe sobre la ‘Generación Google’: “los nacidos desde el 84 tienen más dificultad a manejar los motores de búsqueda y a entender la información que está en las redes, … porque para poder entender lo que está pasando uno necesita contexto y internet es un lugar descontextualizado en el que … si tenemos a una persona no preparada [ni con la maduración previa] utilizando ese medio pues, no podemos intentar ayudarle a usarlo de forma responsable si no tiene el contexto previo para poder entender lo que está pasando. Es carne de cañón para fake news, las fake news no se solucionan con censura o educando en el uso responsable sino que se soluciona pues ayudando a los niños a tener conocimiento dándoles contextos. Y eso lo hace una persona humana que es un profesor y la educación es un asunto humano no es un asunto tecnológico”.
4.- El Tecnomito del del uso responsable:
Lo considera el mito más grave. Este mito que alimenta el “idiotizado tecnológico” está basada en la creencia de que “lo malo no es el uso tecnológico” sino “el uso abusivo de la tecnología, porque la tecnología es neutra”
Esta Tecnología lejos de ser neutra “es una tecnología que está diseñada con una intencionalidad porque hay un modelo de negocio detrás” … “muy sencillo”: “aumentar el número de clientes y aumentar el consumo por cliente […] y necesita dar una esperanza de retorno a los accionistas (fidelizar, intentar robar la cuota de Mercado de otro). En ese contexto de “atrapar” y “fidelizar” a menores está la movilización de muchos recursos en la creación de fundaciones y “chiringuitos” con “la canción de la educación en el uso responsable con el dispositivo en las manos […] durante, al menos 10 años.
Refiere como el estudio de la Universidad de Stanford (2009), que analizaba dos grupos de estudiantes: los que aplicaban la denominada Multitarea tecnológica y los que realizaban las tareas secuencialmente: muestran las disfunciones del procesamiento de Información de la “MULTITAREA TECNOLÓGICA”:
a) incapacita para discernir con éxito lo importante de lo accesorio,
b) disminuye significativamente el rendimiento de la memoria de trabajo, y
c) pérdida de la eficacia en el cambio de una tarea a otra.
Clifford Nass en la presentación a los medios de este estudio concluye que los que practican la multitarea tecnológica “son fanáticos de la irrelevancia”.
Pedir un “uso responsable” a un menor es “como pedirle a un niño que beba de una boca de incendio sin salpicar: es imposible”
Catherine L’Ecuyer despide su alocución con el siguiente alegato “Pues ahora aún la gente dice está loca, pero estoy segura que en 5 años hablaremos del Smartphone de la misma manera que estamos hablando hoy de las empresas de tabaco”